Muchas trabajadoras no realizan la comunicación de embarazo hasta que
es evidente, debido al miedo de que se pueda producir un despido por parte de
la empresa al conocer su estado.
Lo primero que me gustaría
destacar es la afirmación de que el embarazo no es una enfermedad, sino un
aspecto más en la vida de una mujer, que debemos compaginar con nuestra
actividad laboral. Esta situación se viene produciendo desde la creciente
incorporación de la mujer al ámbito laboral, permaneciendo en él durante su
etapa fértil. El problema surge cuando la mujer se queda embarazada y en su
lugar de trabajo está expuesta a sustancias, agentes y situaciones laborales
que pueden producir consecuencias negativas tanto para ella como para su futuro
hijo. En el momento en que la mujer concibe, situaciones de trabajo aceptables
pueden no serlo durante el embarazo y la lactancia, convirtiéndose en un
embarazo o lactancia de riesgo. Por todo esto, desde la fundación de la OIT en
1919 se ha considerado la situación de la mujer embarazada o en periodo de
lactancia como “especialmente sensible”, incluyendo su protección como una de
las recomendaciones a los países miembros.
Para más detalles ingresa a http://www.seguridad-laboral.es/prevencion/otros/prevencion-de-riesgos-laborales-de-las-trabajadoras-embarazadas
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