martes, 21 de mayo de 2013

Prevención de riesgos laborales de las trabajadoras embarazadas.


Muchas trabajadoras no realizan la comunicación de embarazo hasta que es evidente, debido al miedo de que se pueda producir un despido por parte de la empresa al conocer su estado.

Lo primero que me gustaría destacar es la afirmación de que el embarazo no es una enfermedad, sino un aspecto más en la vida de una mujer, que debemos compaginar con nuestra actividad laboral. Esta situación se viene produciendo desde la creciente incorporación de la mujer al ámbito laboral, permaneciendo en él durante su etapa fértil. El problema surge cuando la mujer se queda embarazada y en su lugar de trabajo está expuesta a sustancias, agentes y situaciones laborales que pueden producir consecuencias negativas tanto para ella como para su futuro hijo. En el momento en que la mujer concibe, situaciones de trabajo aceptables pueden no serlo durante el embarazo y la lactancia, convirtiéndose en un embarazo o lactancia de riesgo. Por todo esto, desde la fundación de la OIT en 1919 se ha considerado la situación de la mujer embarazada o en periodo de lactancia como “especialmente sensible”, incluyendo su protección como una de las recomendaciones a los países miembros.

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